Estar siempre perfecta cuesta en algunas ocasiones un poco más. El paso del tiempo y los efectos que conlleva el día a día hace que debamos de acudir a profesionales con el objetivo de seguir luciendo de forma que te sientas bien contigo misma.
Uno de los tratamientos más demandados en todo centro de estética es el bótox. Son muchas las personas que acuden a profesionales como los de Bonaderma con el objetivo de mejorar su apariencia y conseguir unos resultados óptimos.
La toxina botulínica es uno de los tratamientos más demandados. La razón es que cuenta con gran cantidad de aplicaciones, algunas de ellas totalmente desconocidas por los usuarios. Esta sustancia química es una proteína purificada que se aplica a través de microinyecciones en nuestra piel. El objetivo es conseguir hace menos visibles o incluso eliminar patas de gallo, arrugas y líneas de expresión. Es muy común que aparezcan en zonas como el entrecejo o la frente, siendo una técnica de lo más eficaz para volver a lucir un rostro lleno de luminosidad.
El bótox consigue la paralización de los músculos para que no se produzca un mayor envejecimiento. Pero también hay que destacar que su aplicación no solo es estética. También es utilizada para parar la sudoración excesiva en lugares como las plantas de manos y pies o las axilas. También en especialidades de la oftalmología y la neurología o en patologías como el bruxismo.
Los efectos que puedes conseguir al acudir a una clínica estética son progresivos. Esto quiere decir que podrás empezar a verlos 48 horas después de que se hayan aplicado. Su efecto completo aparecerá entre los 11 y los 14 días después de su aplicación.
Ante cuestiones como si sus resultados son permanentes hay que destacar que hay que volver a someterse al proceso cada 4 o 6 meses.